Alguien se ha puesto nostálgico en esta empresa, ha visto que se acercaba el aniversario del primer despido en virtud del artículo 52 y ha dicho: “Esto hay que repetirlo...” Las casualidades, después de todo, tienden a ser inexistentes y siempre hay un motivo ulterior que las crea.    Resulta curioso que cuando esta empresa está haciendo lo imposible, con el beneplácito de según quiénes, para llegar a un acuerdo mediante el que no se repita el proceso de medición de riesgos psicosociales y librarse de la sanción con que la Inspección ya les ha amenazado por no tomar medidas tras tres años que han tenido de plazo, se marquen un despido disciplinario por bajas médicas reiteradas. Esto, como todos sabemos, ayuda a que el trabajador no se sienta nada coaccionado y evita que algunas personas pidan altas voluntarias o directamente no se cojan la baja, ¿verdad? El sembrar el miedo es algo que se inculca en esta…

El Convenio parece lejano, pero no lo es. ¡¡¡Nuestros sueldos, nuestros horarios, qué ocurre cuando estamos enfermos o qué nos pueden exigir en el trabajo... nuestra vida está condicionado por él!!!.    El convenio finalizó su vigencia en diciembre de 2014. Llevamos 16 meses y 21 reuniones oficiales de la mesa negociadora, y estamos en un punto muerto.    A la patronal (la ACE) le va bien este escenario: Salarios y condiciones laborales de 2014, pueden seguir aprovechándose de los problemas conocidos del sector –que para la patronal son ventajas- (pocas categorías profesionales que no definen funciones, horarios, temporalidad, despidos masivos cuando les viene bien,...), y una situación que no les impide extender la polivalencia, la multiplicidad de horarios y una presión en los centros de trabajo que es ya muy difícil de sobrellevar; además han extendido las ETTs e impuesto los “mini-jobs” como forma de contratación -contratos a tiempo parcial tan raquíticos o inestables que impiden vivir de ellos-. …

  La empresa, en su responsabilidad de la vigilancia de la salud de sus trabajadores está obligada a hacer periódicamente una evaluación acerca de los riesgos psicosociales a los que estamos expuestos (fatiga visual, autonomía, estrés...), sobre todo cuando ha habido modificaciones en el desarrollo de las tareas desde la última evaluación (año 2012).   La negativa de la empresa a esta realización por el alto coste que implica fue denunciada en varias ocasiones, tanto por CGT como por CSIF, ante la Inspección de trabajo, que nos dio varias veces la razón con los consiguientes requerimientos.    La empresa tenía de plazo hasta noviembre de 2015, pero, el inspector se lo ha ampliado, así que Qualytel pretende que consideremos la posibilidad de implantar una serie de medidas enfocadas a paliar los efectos de esos riesgos psicosociales, sin hacer el estudio y evitar con ello el supuesto coste de la evaluación.    A la empresa le preocupa más ahorrarse…